Simboliza la resistencia y el solemne emblema de las personas indígenas.
El Concejo Deliberante recibió hoy en donación un ejemplar del emblema de la Wiphala. Organizado por la Dirección General para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, el acto formal de entrega se llevó a cabo en el despacho de la Presidencia, con su anfitrión, Guillermo Sáenz Saralegui.
La Wiphala es “el solemne emblema de las personas indígenas, símbolo de resistencia. Pertenece a los pueblos indígenas y andinos de la región del Tawantinsuyu, hoy denominados como países Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina”, expresaron desde el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas.
Del acto también formaron parte la concejal Verónica Lagos, impulsora de la iniciativa desde la Mesa de Trabajo sobre Asuntos Indígenas; y la directora general de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, Sonia Rawicki.
Una línea diagonal une un extremo con el otro. Esta línea central divide la bandera en dos espacios: al padre Sol -Inti Tata- y al hombre -Chacha- por un lado; y a la madre Luna -Killa Mama- y a la mujer -Warini- por el otro.
La representación de los cinco cuadros centrales de la Wiphala significa la expresión de los principios de comportamiento y conducta de la comunidad andina, que rechaza las siguientes conductas: vagancias, mentira, robo, matanzas y vicios.
Los colores se originan en los rayos solares que se visualizan a través de los siete colores del arco iris. El rojo es el planeta tierra o también Aka-Pacha. Se refiere a la filosofía del pensamiento y el conocimiento de los amawtas. El naranja es la representación de la cultura y la sociedad, la riqueza de la nación, la salud, la medicina, la formación y la educación. El amarillo es la fuerza y la energía, la doctrina del Pacha-Kama y la Pacha-Mama, la solidaridad y la hermandad humana. El blanco es el tiempo, la expresión del desarrollo de la ciencia y la tecnología, también del arte el trabajo intelectual. El verde representa la economía y la producción andinas. El azul es la representación del espacio, del cosmos, del infinito o Arax-Pacha. El violeta es la representación de la política y la ideología andina, el poder comunitario y la armonía de los Andes, las organizaciones económicas y sociales.
Los pueblos indígenas de Argentina tienen derechos reconocidos en la Constitución Nacional (artículo 75º, inciso 17), en el convenio Nº 169 de la OIT y leyes específicas.
Durante la reunión, Saénz Saralegui se encargó de remarcar la constitución multiétnica de la población de General Pueyrredon. “Somos una comunidad integrada, igualitaria, que apunta siempre a la participación de todos sus sectores y corrientes de migrantes. Hay muchos descendientes de europeos y de pueblos originarios coexistiendo en concordia, en paz, y plenamente respetados en sus propias identidades históricas. Ese es uno de nuestros más grandes orgullos. Por eso, aceptamos con emoción el emblema del Wiphala”, expresó.